Es junto a la iglesia de donde parte la ruta a pie al dolmen de la Caseta de las Balanzas o dolmen de Almazorre.
La ruta empieza por una senda descendente que lleva hasta el lecho del barranco de Las Pilas. Allí comienza un suave ascenso que primero pasa por los restos del horno de cal y en pocos metros en los restos del castillo de la Zaba.
Del
conjunto fortificado original se conservan restos de
una torre de sección pentagonal que se adapta al cantil rocoso, de un muro y de
una pequeña iglesia románica. En la actualidad, no quedan más que ruinas. Su
localización sobre una roca extraplomada en todo su perímetro, le confiere el
aspecto de reducto inexpugnable.
El
castillo atendió a necesidades militares y defensivas por lo carecía de ornatos
y comodidades. Los gruesos muros se construyeron para resistir los envites de
los enemigos. Por la parte superior, se completaban con cadalsos.